viernes, 21 de noviembre de 2008

Siempre igual

Miro tus zapatos lustrosos y tus pasos firmes que vienen a mí.
Una sonrisa amplia dibuja tu faz perfecta, tus ojos se alargan y en la comisura de tus labios dos paréntesis juegan, mostrando tus dientes grandes.
Mis ojos se prendan en tu pelo blanco. Tú me tomabas de la mano y caminábamos al azar. Luego en cualquier lugar nos sentábamos a mirarnos frente a frente.
Hablábamos de las canas para ver quien tenía más y entre risa y risa, salía victoriosa yo. Fui feliz en nuestros encuentros, por eso siempre te veo igual.
Marzo, 2008


Imágenes

Difícil mirar tus ojos y no poder entrar en ti. Solo bebo tus silencios… el eco de lo que fuimos resuena todavía en mis instantes. Ignoro el lugar donde se fueron todas nuestras vivencias. Y todavía me pregunto como no amarte… Quisiera entender en que momento desdibujamos nuestros cuerpos y perdimos nuestros sueños. Tus manos se perdieron en la nada y tu mirada no juega con la mía. Solo me queda el recorrido vago de la arquitectura de tu cuerpo y lucho contra las imágenes convertidas en sombras, que no me permiten tocarte. Mi quietud es distinta sin ti. Los colores se desvanecen en mi interior, y hasta perdí la combinación de mis coordenadas. Pero mis dudas atormentan mi sensibilidad infinita. Mis agonías hablan de que en tus ojos y tu sonrisa todavía queda algo, lo intuyo… lo presiento… cuanto te miro siento que tu mirada me ampara. Tu sonrisa equipara el infinito. Percibo las mariposas que todavía revuelan tu interior cuando me llamas. Y entonces mi agonía es dulce. Y todavía me pregunto como no amarte…

Marzo 2008


viernes, 7 de noviembre de 2008

Meditación


La quietud me invade y solo escucho los latidos del corazón. El aire besa mi cara mientras escucho susurros dulces, mis espectros y mis voces huyen. Mis pestañas se abrazan y en mis oídos se adentra la canción del universo.
El silencio se apodera de mí y me lleva de la mano a contemplar el oasis de la vida: observo el azul profundo con toda su majestuosidad, en los lados de la playa los verdes y aguamarinas de sus aguas, dejan ver mis pies acompañados de infinidad de pececillos de intensos colores que se arremolinan entre mis muslos.
Alcanzo a tomar pequeños fragmentos del cielo y una nube me sube hasta él, desde allí veo el espectáculo sublime: la tierra madre llena de verdes campos y trigales, árboles frutales y miles de pajarillos cantándole a los hombres sus cantos de amor. Observo la fraternidad de los hombres y el amor reinando por doquier. Se callaron los tambores de guerra y todos los seres de la tierra danzan la canción de la vida, el sol y la luna los contempla extasiados. Era otra tierra que me invitaba a bajarme suave de la nube donde me encontraba. Abrí los ojos y me dolió volver a mi realidad.
Marzo, 2008

jueves, 6 de noviembre de 2008

Se fueron


Lentamente se fueron por caminos desconocidos, murieron sus ansias abandonando todo. Ya sus manos no las sentimos ni sus ojos nos miran. Solo en la boca un rictus de despedida mortal. Ya no volveremos a acariciar sus manos ni a mirarnos en sus ojos.
Dormidas están sus risas y las auroras ya no existen. Quizás en medio de las sombras están, pero no los veo. Solamente las brumas nos envuelven y abrimos la compuerta a las lágrimas y a la desesperanza.
¿Dónde están? Por más que grita mi voz, nadie responde. El sol impío cobija mis dudas y mi piel se marchita ante las preguntas. Mis pies quieren recorrer este camino para calmar mis dudas, pero la impotencia me abrasa. Mi cegada confianza y mi desencanto, aquí, está igual que ellos… ¿Dónde están mis seres queridos?
Solo espero mi partida para encontrarlos, esa es mi última esperanza.
Marzo 2008

Esta tarde

¿Cómo no trasladarme a otras tardes iguales, cuando nos tomábamos de las manos y yo contemplaba tus ojos? ¡Cómo los amaba! ¿Cómo no recordar tu risa que tanto alegraba mis días y que a veces yo te la compraba?… ¿Recuerdas aquella vez que te dije que necesitaba tu sonrisa y tu seguías muy serio? Entonces puse una moneda encima de la mesa y el resultado fue perfecto. Aún recuerdo esa carcajada sonora que tanto me gustaba escuchar. Esas eran tardes grises arropadas por la lluvia donde el frío no anidaba en nuestros cuerpos, porque nuestro amor lo ahuyentaba. Nuestro fuego calentaba el aire frío. Esta tarde gris me trae tu recuerdo y siento cómo la lluvia humedece mis ojos y se escurre por mi alma.
Marzo, 2008

domingo, 2 de noviembre de 2008

Los dos

El amor cumpliendo un mandato espontáneo y universal. Hombre y mujer tomados de la mano saben que ha llegado a sus vidas el momento más sublime: el del amor. ¡Y floreció en ellos desde que se vieron por vez primera. Primaveras, inviernos, veranos y otoños han compartido juntos, caricias embriagantes, miradas y sonrisas a flor de piel, deseos de cuerpos en epicentros gloriosos sin ataduras ni compromisos. Solo guirnaldas de flores en sus sienes y sus cuerpos desnudos. Es la fiesta del amor y la vida. El cielo transparente y diáfano los envidia y se confabula con ellos. El sol brilla y los campos se abren en flor. Besos y caricias entregados cual veranos sin sequías. Cruzan puentes infinitos robándole a la vida una cancion y entre notas bailan acompasados por el amor.
Septiembre, 2007


sábado, 1 de noviembre de 2008

Estación Invierno



Cuántas primaveras y cuántos veranos juntos. Suspirábamos como duendecillos traviesos. En cada primavera la música se nos pegaba del alma y luego en los veranos nuestra risa despertaba las mañanas. Éramos así como una canción y una guitarra, como la hiedra ama dónde enredarse, éramos dos cuerpos ardientes en las llamas del deseo. Y vivimos muchas primaveras y muchos veranos, el otoño nos dio la mano y nuestras cabezas se platearon. Aún quedaban oportunidades para besarnos y para amarnos, las sonrisas eran plenas y nuestro caminar seguros, nos olvidábamos del mundo y de todo.Y de pronto, sin previo aviso empezaron las lluvias silenciosas, el cruel invierno llegó arrasando con todo, ya los duendecillos traviesos se fueron a vivir el hastío; nuestras hojas las arrastró el torrente hasta un lugar incierto, ruidos de tormenta callaron nuestra música. La miel de nuestros besos el frío los azucaró, el invierno se impuso: no hay primaveras, ni veranos, solo dos otoños tristes, nuestras risas se esfumaron y ahora sólo las espinas besan mi alma y el invierno no cesa…Febrero, 2008