sábado, 14 de marzo de 2009

Las piedras sueñan

Todos creemos que las piedras son inmunes, que ni siquiera sueñan… pero ellas escuchan cuando los pasos del hombre van hacia ellas, no pueden quitarse y el ignorante cae mientras se las culpa. No son flores ni albahacas de profundo olor, montones sinuosos, inhibidoras abanicos de colores, por eso quizás no son presa de admiración y contento. Los rayos del sol las contemplan y ellas siguen dormidas, soñando… soñando con el ambiente, soñando con caballos alados y montados por hombres salvando de los males al mundo. Tortuosas y filudas recordando que su estallido produce el milagro del fuego. Fuego interior olvidado por los hombres que a semejanza, solo ruedan y ruedan atrapados en la corriente incierta de sus mentes… Una piedra despertó de su sueño y asustada preguntó ¿Quién detiene una piedra cuando va cuesta abajo? Y prefirió seguir soñando….
Marzo, 2009

jueves, 12 de marzo de 2009

Semblanza

Imagen de la página de la Procuraduría

I Desplazados

¡Cómo te duele la tierra!, ¡Cómo te duele la vida! Te arrancaron tus sueños de golpe y a machetazos te hirieron el alma. Hoy estás roto y tu mirada vaga. Quebradas tus costillas en busca hoy de la nada. Llevas en el alma una huella errante que quema tu esencia y se traduce en tus ojos tristes. Tus lágrimas no entienden porque te arrancaron la vida. Con nostalgia miras tu pasado mientras la piel se te añeja. Solo recuerdos del amor con que clavabas tus uñas en la tierra para recoger el fruto y dar de comer a tu familia.
La muerte ronda. ¡Cómo nos duele la vida!


II. Mujer maltratada

Figura llena de dolor y un mundo ciego y sordo ante ti. El miedo vive agazapado en tu interior y los moretones hacen una danza en tu cara. Vives fragmentada y despreciada. Mujer despojada de sueños y con cada golpe, te vuelves pedazos y te bañan de sangre; ella corre por valles y montañas al encuentro de otra mujer vacía mientras tú le sirves café y le calientas el lecho al depredador sin alma.
La muerte ronda. ¡Cómo nos duele la vida!

III Secuestrados

Imagen tomada de la página de Redepz

¡Una súplica! ¡Sólo una! La libertad preciada en tus ojos se refleja. Vil nostalgia te acompaña mientras por tus recuerdos pasan las fotografías del ayer. Tardes de añoranza y ayeres inconclusos que no existieron. Presente vacío y futuro incierto anhelando besos y caricias que se pierden en el horizonte tras un suspiro vago. Soledades del alma que se marchitan y roban la calma. Una a una las hojas que pisas sienten tu dolor. Cadenas pesadas en medio de sueños rotos, noches estériles y días aciagos. Una súplica por favor solo una: ¡Libertad!
La muerte ronda. ¡Cómo nos duele la vida!
Noviembre, 2008