Todos creemos que las piedras son inmunes, que ni siquiera sueñan… pero ellas escuchan cuando los pasos del hombre van hacia ellas, no pueden quitarse y el ignorante cae mientras se las culpa. No son flores ni albahacas de profundo olor, montones sinuosos, inhibidoras abanicos de colores, por eso quizás no son presa de admiración y contento. Los rayos del sol las contemplan y ellas siguen dormidas, soñando… soñando con el ambiente, soñando con caballos alados y montados por hombres salvando de los males al mundo. Tortuosas y filudas recordando que su estallido produce el milagro del fuego. Fuego interior olvidado por los hombres que a semejanza, solo ruedan y ruedan atrapados en la corriente incierta de sus mentes… Una piedra despertó de su sueño y asustada preguntó ¿Quién detiene una piedra cuando va cuesta abajo? Y prefirió seguir soñando….
Marzo, 2009
Marzo, 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario