miércoles, 19 de agosto de 2009

Aquella tarde

Aquella tarde, caminaste a mi lado por breves minutos.
Te sentí en el aire que besó mi frente, tus caricias ajenas hicieron pronunciar tu nombre.
Tu sonrisa amplia y tus ojos almendrados se volvieron hacia mí. ¿Acaso me has olvidado? -preguntaste- sonreí y mis ojos te dieron la respuesta.Volví a navegar en tu cuerpo en el recuerdo de aquellas horas vividas. Cualquier gesto, olor, o canción hace que tu recuerdo me persiga. Horas que me niego a olvidar a pesar de tu forzada ausencia.
Aún vivo en ti, mi razón no tiene cordura cuando te pienso. Me embeleso con tu imagen y no logro emigrar de aquellas aventuras viejas, ni de la adicción a tu boca; la filosofía de mi amor con alevosía aún te reclama y es tu aroma el que aún a pesar de las esferas llega a mi, rindiéndome toda, avasallando mi cuerpo que inútil te reclama.
Tu alma quería despedirse de mí.
Vete pleno de amor, fui feliz... sigues siendo mi tristeza y mi alegría.
Julio, 2009


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