sábado, 18 de octubre de 2008

El


Cansado de la rutina del amor, de aquel amor impositivo y posesivo que se convierte en propiedad ajena, aquel que limita y hace que sólo se viva para otro. Deseoso de vivir el amor libre que alegra su vida, dulce prisionero a voluntad que lo traslada a los confines del más allá permitiéndole la plenitud de todo su ser.
Sólo quedan los recuerdos de instantes compartidos y momentos de amor anhelado; vuelve a la posesión y su ambivalencia entre el uno y el otro lo hace debatir. Su cadena es más fuerte y lo arrastra, solamente se limita a vivir así.
Inutilidad del amor alegre que no rompe los lazos y ataduras de su amor limitado. Su condición de hombre atrapado no lo deja salir de su telaraña, se acostumbró a ser domesticado, ya no puede vibrar con otro tono y con otro sonido… ya no puede poseer su amor ilimitado porque la araña lo atrapó en las redes de su costumbre…
Septiembre, 2007



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