Supongo que a aquellos que no conocen de noches oscuras del alma. Desconocen que por falta de amor, de una caricia, unas almas mueren en silencio. Sombras que deambulan en los resquicios del mundo en busca de una mirada, de una mano donde asirse. Solo encuentran esquiveces, lloran en silencio y les pesa el mundo.
Los pájaros trinan todo el día, pero los sordos no los oyen, ni los ciegos los ven. Tampoco saben de lágrimas ajenas porque se contentan con las de ellos. Ciegos y sordos que ocultan su corazón al mundo porque son incapaces de amar a las sombras. No conocen el negro del desasosiego y no saben que la luna se oculta detrás del sol. Sus gemidos no los escuchan porque no conocen los crepúsculos vacíos y los amaneceres sin luz. Desconocen las tristezas incomprendidas que se esconden en el eco del silencio.
El mundo necesita que los trinos de los pájaros se aniden en el corazón de los ciegos y los sordos, solo así, los abrazos de amor nacerán y muchas almas dejarán de morir en silencio.
Marzo 2008
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