
La adolescencia la entrega a la madurez y las mariposas revolotean sin sentido, cruza el cénit de la vida, declina y abandona todo esfuerzo por encontrarse con él.
El amor cual abanico mueve aire a su paso y sigue sin piedad desdeñoso, el amor se esconde tras su mirada y quiere salir de su prisión para cabalgar por el mundo, la oruga de sus sueños se resiste a morir antes de convertirse en una canción que entregará al mundo sus notas sentidas y con una pregunta a flor de labios: ¿por qué el amor no llegó a ella, por qué se quedó perdida entre la nada?
Septiembre, 2007

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