jueves, 26 de febrero de 2009

miércoles, 25 de febrero de 2009

Boceto

Ante el blanco y fino papel empecé a delinearte. Quise plasmarte en claroscuro boceto y resaltando la textura de tu piel, tu silueta a grandes rasgos empezó a tomar forma. Y entre la gama de grises florecía tu esencia masculina. Y poco a poco, las sombras resaltaban tu cara mientras las luces daban plenitud a tu mirada y hasta sentí que me mirabas de frente. Al delinear tus ojos me perdí en tu mirada castaña, me enrede en tus pestañas y en ellas exhalé un suspiro. Y al dibujar tus labios sentí la magia de tus besos y de tu risa. Y entre ceja y ceja deposité mi amor escondido. Y a trazos amplios recorrí tu cuerpo y despertó tu viril aroma. Pretendiendo retenerte, quise dejarte inmóvil ante mi amor, pero más pudo la libertad de las líneas que el encierro de tu figura. Y en mis manos florecieron los colores como manera de fijarte, no quería correr el riesgo de que te esfumaras y temiendo que de un solo golpe algo, eliminara tu dibujo, lo cubrí de besos. Te recorrí poco a poco y cerré mis ojos; mi alma rogó a la tuya para que no me dejaras, temí quedarme de nuevo sola ante el blanco y fino papel solamente con tu recuerdo.
Febrero, 2009

Aroma de mujer

Sutil puente entre la infancia y la juventud y, entre las mieles de ella, tu alma pinta cielos de incontables gamas; bastos campos imaginarios donde la ilusión toca tu esencia femenina. Te asomas a la ventana y miras el mundo lleno de color, donde el infinito juega con azules y entrevés esperanzas matizadas. Palpitan tus sienes a la espera del amor que llega entre pasajes de lirios rojos. En tus ojos, plagias la candidez de las miradas masculinas que guardas una y mil veces bajo tu blanca almohada. En tus campos virginales el amor juguetea, mientras el rubor cubre tus mejillas y tu candidez hace bajar los ojos. La vida empieza a ofrecerte trigales frescos y abre los caminos para que el amor circunde. Y tú, ardorosa vas en pos de él con las ilusiones en las manos y con las ansias de ofrecer el amor a tu amado. Es entonces cuando cruzas el puente y dejas atrás tu infancia para convertir tu candidez en aroma de mujer.
Etelsaga, Febrero, 2009

domingo, 22 de febrero de 2009

Antes eras, ahora no sos


Como duele este recuerdo: antes eras, ahora no sos... A veces me sostengo en la idea de que este amor ya no es y que todas las espinas y las lágrimas avanzaron al ocaso dejando mis noches limpias de ti. Pero algo y no se si culpar a mi alma, que me engaña a veces

y cual animal agazapado entre tinieblas salta de nuevo y creo lo contrario. El mar y su oleaje me vuelven arena frágil en tus orillas. Crueles pensamientos que me aprisionan y me dejan inmóvil devolviéndome en el tiempo. ¿Aún te amo? ¿o ya no te amo? Si la verdad la encontrara deshojando inquietas margaritas para hallar la respuesta, malograría unas cuantas, pero tal salvajada no puedo cometer por este amor que dio la espalda. Se que de vez en cuando la tristeza y la melancolía arrancan suspiros al alma mía. Prefiero pensar que son residuos del amor que vuelve intentando jugarme sucio y burlándose de mí. Pruebas inevitables del amor. Echo la culpa más a vale a pensar que hay días en que soy muy frágil y que los recuerdos arremeten dejándome tendida y sin vida. Instantes cada vez menores en que esos lapsus del destino me tienden celadas, y pensar en ello me da tranquilidad. No estará lejos el día cuando piense en ti y todos mis disturbios estén en calma. Cada vez camino más hacia esa meta y entonces con fidelidad diré: antes eras, ahora no lo sos...

Enero, 2009



miércoles, 11 de febrero de 2009

Una nueva melodía

Caminando a la deriva sus ojos clavó en la cumbre del dolor. Abrió sus manos, buscó un beso que inútil se escapó cual pájaro herido. Sus manos y su boca no encontraron nada, sólo el murmullo del silencio embistiéndola toda. Quiso internarse en ese botón imaginario de una flor entremezclándose con su perfume cual embrión guardado. Deseó unirse a las partículas de la aurora, y fundida en su luz, disolverse toda. Mirando una gota de agua suplicó que sus lágrimas se agotaran. Buscó en la quietud de los torbellinos y se prendó de ellos para no dejarse arrastrar por su furia, quizás ella reclamaba su presencia. Su alma lacerada por el desencanto conminó a entonar una melodía, la que ella guardaba en el fondo de su ser, aquélla que sus tonadas hablaban de un amor para siempre. Y comprendiendo su imposible, hizo un brindis por la piel dejada y por los besos otrora deseados, se sentó a la espera de que sus heridas cicatrizaran y las cenizas se apagaran. Y a su empeño por renacer, un nuevo velo de esperanza guarda en su pecho y sumida en la paciencia, espera a que otras palabras en sus oídos canten, y su alma al viento pueda hamacar con una mirada al frente. La puerta está abierta para que sus besos encuentren dónde posarse nuevamente.
Etelsaga, enero, 2009

Yin yang


Arropadas por el filo de la noche dos siluetas mirándose frente a frente. Cortas distancias residen entre los dos, mientras la luna camina por la habitación. Tímida escala musical, agazapada entre sedas de orgásmicos colores contempla la escena, luceros titilantes entre ellos y por la ventana se escurre el suave olor del amor fresco invadiendo lentamente sus cuerpos.
Sueños candentes y sus bocas entreabiertas: yin yang de la pasión. El ritmo del canto florece en sus manos mientras sus pies cantan en re mayor. El arpegio galopa y por breves momentos en la oscuridad nace la luz; movimientos ondulantes y el silencio se convierte en sonido. Interludio de besos y caricias a la espera de la vida y la muerte, cuerpo y mente sumergidos en los ochos del amor; sus cinturas entretejen nuevas partituras. Femenino y masculino danzan en la espiral mágica, mientras la tonalidad cambia a su tono más alto. Cascadas de besos y caricias y la luna se pone en medio de los dos. Acto seguido las tonalidades cambian de tono a menor. La luna cubrió sus cuerpos y blindó el amor.
Etelsaga. Dic. 2008