jueves, 6 de noviembre de 2008

Se fueron


Lentamente se fueron por caminos desconocidos, murieron sus ansias abandonando todo. Ya sus manos no las sentimos ni sus ojos nos miran. Solo en la boca un rictus de despedida mortal. Ya no volveremos a acariciar sus manos ni a mirarnos en sus ojos.
Dormidas están sus risas y las auroras ya no existen. Quizás en medio de las sombras están, pero no los veo. Solamente las brumas nos envuelven y abrimos la compuerta a las lágrimas y a la desesperanza.
¿Dónde están? Por más que grita mi voz, nadie responde. El sol impío cobija mis dudas y mi piel se marchita ante las preguntas. Mis pies quieren recorrer este camino para calmar mis dudas, pero la impotencia me abrasa. Mi cegada confianza y mi desencanto, aquí, está igual que ellos… ¿Dónde están mis seres queridos?
Solo espero mi partida para encontrarlos, esa es mi última esperanza.
Marzo 2008

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