viernes, 21 de noviembre de 2008

Siempre igual

Miro tus zapatos lustrosos y tus pasos firmes que vienen a mí.
Una sonrisa amplia dibuja tu faz perfecta, tus ojos se alargan y en la comisura de tus labios dos paréntesis juegan, mostrando tus dientes grandes.
Mis ojos se prendan en tu pelo blanco. Tú me tomabas de la mano y caminábamos al azar. Luego en cualquier lugar nos sentábamos a mirarnos frente a frente.
Hablábamos de las canas para ver quien tenía más y entre risa y risa, salía victoriosa yo. Fui feliz en nuestros encuentros, por eso siempre te veo igual.
Marzo, 2008


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