
¿Dónde estás y por qué eres tan efímera? Es mi centro el que me lleva a pensar que las posibilidades existen, esas que ahora no palpo con mis manos, solo mis sentidos las acarician.
Como quisiera ver que vienes a lo lejos, con pasos seguros y que no te enredas en ningún jardín florido; te lo imploro: ¡ven! Llega hasta mí por un camino ancho, limpia de mis ojos el llanto y cumple mis sueños que están perdidos.
Marzo 2008

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