Y dormí con tus besos. Ellos dulcemente me arroparon pero antes de dormir conocí el sabor y la textura de ellos: dulces como la miel que emanan las flores y suaves como el candor de una mariposa. Se pasearon toda la noche por mi piel y a veces sentía que su fragancia cosquilleaba entre mi espalda. Y los sentí entre mis dunas revoloteando dulcemente y se posaron en mis ojos y recorrieron todo mi cuerpo hasta los tobillos. Supe que ahí estabas. Ellos me contaron que eras como el ave cuando quiere robar su presa. Me llegó tu fragancia en medio del sueño y te vi llegar con una rosa en la mano, mientras con la otra rodeabas mi cintura y me atraías hasta ti para tocar dulcemente mis labios. Y nos unimos en los besos y en ese sueño maravilloso que eres tú.
Etelsaga, agosto, 2008
Etelsaga, agosto, 2008
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