miércoles, 31 de diciembre de 2008

Escena los cristales rotos


La música suave de una banda sonora inicia su bella melodía. En el trasfondo de la escena se escucha el repicar de unos cristales límpidos y refulgentes. La banda toca para que las palabras y las acciones no se pierdan en la nada. De pronto un acecho mortal y un cristal se rompe. Y tras su chasquido los sueños se esfuman y quedan solo trozos filudos que laceran las almas. Los sueños se evaporan mientras las estrellas se reflejan en cada pedazo y se convierten en lágrimas rodando cual pompas de jabón sobre el mar, ellas no podrán unirlos. Ya no se podrán dibujar cabriolas sobre ellos porque los dedos derramarán sangre. Su rompimiento no permite olas azules sobre un inmenso mar que agita las aguas en señal de calma. La banda sonora terminó su melodía y las miradas silenciosas observan la escena y escuchan el ruido de los cristales rotos que van a depositarse en el tarro de la basura, mientras el olvido corta los recuerdos. El eco de su chasquido se queda vago en el silencio. Si la razón fuera cuerda los cristales no se romperían y evitaría que los amores prisioneros en ellos permitieran finales gloriosos.
Y el director de la banda pregunta en voz alta: ¿Quién puede reconstruir un cristal que se rompe? Luego hace el ademán de reverencia despidiéndose mientras el público aplaude.
Etelsaga, septiembre, 2008

martes, 30 de diciembre de 2008

Recorrido incierto

Vientre lleno de calidez y de esperanza. Luz que lastima los ojos y paz que termina, sobreviene el primer llanto. Poco a poco camina sosteniéndose en la seguridad de quien guía. Unas manos, unas palabras que dulce o cruelmente inundan sus oídos y harán eco hasta en su eternidad. Y empiezan las ilusiones y los sueños, los descubrimientos mientras va germinando ideas y gozos que pueden convertirse en lamentos futuros o en alegrías pasajeras… Se mueve de acuerdo a los pilares incrustados en su infancia. Y vive bien o mal de acuerdo a sus decisiones y convicciones. Se fija metas de espumas o acrisoladas fragancias y las cumple o no las vive. Lastima como un cuchillo afilado o aromatiza como una flor de esperanza. Un camino lleno de espinas o de esperanzas. Toda una vida que devuelve su mirada al principio, costal lleno de recuerdos e ideas cercanas a la muerte. Plenitudes, añoranzas o el dolor en su alma de los inciertos que ya no podrán ser ciertos… Todo el fin se aproxima y ya no hay vuelta atrás, perdió o ganó en su vida. Un cuaderno escrito de quién sabe qué cosas y quizás unas escasas flores que recuerdan que algún día existió y que su cuaderno se cerró para siempre.
Septiembre, 2008.

Sol naciente

Fugaces primaveras dieron vida a mi otoño, la nieve dulcemente se enredó un poco entre mi pelo; conservo aún los perfumes de las flores y entre mi pecho el recuerdo de todos mis amores. En el invierno cantaré mis glorias y todos mis vientos fluirán tibios, no dejaré que la primavera muera porque mis praderas no serán divisorias.
Alegre pasearé por cada noche y cada mañana despertaré sonriente, no importa que caigan las hojas, esos son tiempos breves de un sol naciente.
Mi mundo en adelante será vasto. Abriré mi sendero con espadas cortando la maleza, solo a mi llegarán las estrellas que brillen con su luz serena y transparente. Dejaré mi rastro cual pétalos en un camino florido y entre mirada y mirada sonreiré abiertamente a mis preferidos.
Dormida quedaré cuando mi sol y mi mundo desaparezcan; mi conciencia satisfecha pasará al mágico edén en un suave, glorioso y eterno vaivén.
Etelsaga, agosto 2008

El telón se cerró

De vez en cuando mis recuerdos me pasean por aquella tarde cuando en una calle nos encontramos. Te miré a hurtadillas mientras con pasos firmes hasta mi llegabas. Aquella tarde el viento corría de manera helada mientras el sol se trasponía en el horizonte pretendiendo volverse nuestro cómplice. Recorrimos unos pasos y encontramos un café donde resguardarnos del frio y conversar tranquilamente. Dos capuchinos y nos miramos frente a frente a pesar de los años dormidos. Tu sonrisa y la mía mientras bebíamos el café sabían que nuestra conversación sería determinante. Y entre sorbo y sorbo observaba tu sonrisa amplia y tus dientes perfectos, tu camisa gris clara y tu chaqueta gris oscura eran la combinación perfecta para hablar de los amores nublados. El capuchino se escapaba de los vasos tal como la tarde cubierta por un manto oscuro para dar paso a las titilantes luces que nos acompañaban. Fue una tarde para nosotros singular: una tarde donde no hubo besos ni tampoco acariciamos nuestras manos, solo unas palabras simples lejanas de aquellas tan llenas de emotividad de épocas viejas.
Esa tarde supe que la distancia fue la única ganadora entre tú y yo. Nos despedimos con la certeza que nunca más nos volveríamos a encontrar. Un beso nos dejamos en las mejillas como recuerdo de nuestro gran amor. Los dos nos apartamos y el telón se cerró.
Agosto, 2007


jueves, 25 de diciembre de 2008

Olor a borgoña

La fiesta está por empezar. La luz tenue de una lámpara se acopla al silencio de la noche. Una copa de vino junto a su botella mira a los dos enamorados. El olor del vino exalta los sentidos y se desparrama el olor a borgoña. Hay derroche de ebriedad de amor. Sinuosidad y provocación. Las manos masculinas caminan por los meandros del cuerpo femenino. Los labios se deslizan entre ellos y beben el vino de la pasión. Poco tiempo falta para que se nuble la razón mientras dulcemente hay abandono breve a semejanza de una rosa abandonada en manos de su creador. La luz de la lámpara fenece en medio de la noche mientras los dos se beben poco a poco, sorbo a sorbo. Cada uno se encuentra en el otro. Danzan los cuerpos y vuelan las mariposas enamoradas. Los dos se corresponden como el vino a la copa. Y ambos se miran como miran la copa antes de llevarla a la boca. Con el olor a fruta fresca y el sabor del vino llegan los aromas de plenitud…
Etelsaga, agosto, 2008

Y dormí con tus besos


Y dormí con tus besos. Ellos dulcemente me arroparon pero antes de dormir conocí el sabor y la textura de ellos: dulces como la miel que emanan las flores y suaves como el candor de una mariposa. Se pasearon toda la noche por mi piel y a veces sentía que su fragancia cosquilleaba entre mi espalda. Y los sentí entre mis dunas revoloteando dulcemente y se posaron en mis ojos y recorrieron todo mi cuerpo hasta los tobillos. Supe que ahí estabas. Ellos me contaron que eras como el ave cuando quiere robar su presa. Me llegó tu fragancia en medio del sueño y te vi llegar con una rosa en la mano, mientras con la otra rodeabas mi cintura y me atraías hasta ti para tocar dulcemente mis labios. Y nos unimos en los besos y en ese sueño maravilloso que eres tú.
Etelsaga, agosto, 2008





lunes, 22 de diciembre de 2008

Escena de tango


(En honor a un pasaje de mi memoria que no conozco)
Prosa Destacada en la página Letrasyalgomás, mes de noviembre 2008

Sonoras notas de un violín abren la puerta de mi memoria surgiendo el milagro de los recuerdos. Una escena en un salón de baile mientras el humo de un cigarrillo y el tintinear de unas copas, me llevan a navegar en las profundidades desconocidas de partituras no vividas. No se cómo se imprimió esta escena en mi alma.
Dónde violín, ¿he vivido esos momentos? Solo un silencio penetrante me rodea.
El arco musical mueve mis recuerdos y cada nota despierta mi alma de colibrí sentimental. Noche de luna carmesí recorriendo mi piel mientras las ilusiones de tiempos pasados me envuelven de nuevo. Son las notas de un tango que reaviva las llamas de los fuegos que se encendieron una vez.
Empieza la escena de tango con una melodía de fondo (Por una cabeza). Las manos se unen y se inicia la danza de un cuerpo abandonado en el otro, cuerpo a cuerpo con el alma en medio, sintiendo el latir de dos corazones y los pies deslizándose en compases perfectos y llenos de emoción. Un giro, otro giro, mientras una falda se abre en señal de ofrecimiento y las medias de nailon negro muestra su vena central. Un paso, dos, tres y cuatro… fuegos inquietos acompañados de una copa que se alza para emborrachar mi razón y hundir en el olvido besos y flores de un día. Nostalgias de tiempos idos deslizan gotas traslúcidas sobre mi cara; mis sienes añoran los regresos siempre esperados. Besos entregados convertidos en castigos. Ojos perversos que ya no volverán más. Mi alma se sacude y estruja las huellas de amores perdidos en los crepúsculos infernales. Entre caminatas y pausas el suelo se brinda a mis pies y surge el balanceo; sumadas cabriolas en las cuales mi vida danzó. Las cadentes notas piden a un cuerpo envolverme entre sus brazos mientras sus manos las espero quietas en mi espalda para entregar mis ansias de amor.
Y regresa el milagro de las partituras no vividas y de un cuerpo que no me dice quien es. Nuevamente el silencio. Borracheras de amor mientras a media luz se esparcen los recuerdos de los besos y en abrazos fundidos los dos a través de velos inexistentes. Ya no estás aquí. Ya no puedo caminar viejos caminos que el tiempo borró y que solo mis sienes plateadas quedan a la vera de ellos. Noches de violín que me recuerdan que todavía llegas a mi y que en lo ignoto nos fundiremos en ese abrazo de tango eterno… solo ahí entonces sabré quien eres!
Etelsaga, septiembre, 2008

sábado, 20 de diciembre de 2008

El amor se marchita


Poco a poco las ansias de los besos mueren, las alas de las caricias se pierden en el vacío porque ya no hay piel donde se estacionen. Los ojos se vuelven mustios y el sol abandona el horizonte. Los desencantos se envuelven en velos de misterios y los sueños retoman vuelos antiguos. Ya no hay puntos de partida. La complicidad se queda sola. Las aflicciones se atemperan en el alma, la ternura se agota y la pasión se enfría; las sonrisas se vuelven duras mientras las lágrimas recorren la cara y se pierden entre los dedos o quizás en un viejo pañuelo único compañero. Las palabras por sí solas se quedan mudas, se anudan en la garganta y el silencio las recibe. La palabra olvido flota en la superficie del alma. Ya no hay luces que sorprendan el día, ni lunas encantadas. La niebla cubre con su fina capa la hoguera terminando con el candor de las almas enamoradas. Es tiempo de cenizas y de olvidos inesperados. Es tiempo de llanto y de recuerdos vagos donde poco a poco los pétalos del amor caen y se marchitan. No queda nada…
Ethel, Julio 2008


domingo, 14 de diciembre de 2008

Dime lienzo

¿Dime lienzo que deseas que imprima en ti?
Verdes y altos follajes reflejados en el agua o quizás azules que se confunden en la lejanía mientras una gaviota alza su vuelo? ¿Deseas arboledas comprometidas con caminos transitando el sol por ellas o algún arroyo brincando entre las piedras susurrando sus congojas? ¿O acaricias la idea de que el mar dibuje olas sobre arenas blancas mientras el viento arrastra suavemente las nubes llevándose mis ilusiones? ¿Anhelas que el sol plasme su intensa pasión, en tanto el hombre encandila sus ojos en el agua?… Dime si suspiras con montañas y valles donde el viento se pasee ondulante recogiendo viejas agonías… ¿o quieres una cascada donde las sonrisas puedan burbujear entonando una canción? Tal vez ansías que pinte el sol retirándose a dormir entre las nubes azules dejando sus reflejos rojos y estelas de luz cadentes… ¿Acaso esperas que la noche se estampe mientras los poetas se beben dulcemente la luna?
¿Dime lienzo si sueñas con un remanso suave o quizás una barcarola donde pueda desatar mis sueños y dejar que mi alma se remonte al infinito y deje ahí mis pesares?

Simplemente, dime lienzo ¡que quieres!…
Junio, 2008

sábado, 6 de diciembre de 2008

Secreto


Eras mi postre preferido. De esos que uno mira y con los ojos lo degusta, antes de acabar el almuerzo. Tu boca era mi fresa preferida y tus ojos un par de chocolatinas. Tus manos la cubierta de vainilla, donde ágilmente mi dedo índice derecho lo hubiera untado y llevado sensualmente a mi boca. Sé que del centro, saldría la miel y que como un tímido colibrí, te hubiese bebido todito, todito.
Pero tú, mi postrecito preferido, esquivo y sin saberlo, nunca hiciste parte de mi mesa.
Mayo 2008

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Ocasos

Lentamente transcurren los minutos y mi mirada se pierde en los atardeceres, cuando el sol tiñe los cielos de magia. Alborada de sueños entre naranja y azules. Mis alma abre sus alas y surca fugaz el espacio, mientras los trinares se hacen más tenues. Poco a poco el sol se esconde anunciando que se acerca la noche e invita a dormir mi espíritu. El sol cierra sus puertas y el claroscuro llega. Los vientos de la noche besan mi cara mientras mi mirada se pierde en el infinito… Es entonces cuando el manto estrellado me guiña sus ojos para advertirme que la luz de la luna cobija el universo. Y en medio de esta maravilla, vuelvo una vez más al mundo de mis sueños.
Mayo 2008

El alba

El alba llega… los primeros rayos del sol inundan mi cara. En su hogar, los pájaros comienzan sus danzas de amor. Poco a poco voy escuchando sus trinos. Salen de sus nidos para hacer público su amor. No se dan cuenta que los observo dándose piquitos y la hembra mostrando su necesidad de posesión.
Mis ojos perciben su amor mientras la savia de mi cuerpo circula dulcemente. Respiro y amo una vez más. Arrobada contemplo el batir de sus alas, mientras el macho con su pico le da besos y ágilmente en un segundo, se posa encima de ella para decirle un frenético: ¡te amo!
Luego viene la tranquilidad. Ella vuelve a su nido y él viaja vertiginoso para volver horas después donde su amada. El devenir diario irrumpe en mi mente. Prefiero dejarlos a solas para que se acoplen cuantas veces quieran... sin testigos ...
Mayo 200

A mi padre


Mis calles están vacías… ya no caminas junto a mí. Tus pasos cansados los siento en mi interior; tus manos con piel de pecas empiezan a parecerse a las mías. La bondad de tu corazón te hizo inmenso. Cuántas veces callado y taciturno pensabas en mi madre, aquella que en pocas horas partió sin despedirse, acabando con nuestra tranquilidad. Te recuerdo abrumado por la pena, todavía percibo tus ojitos grises y cansados. Ya tu amada, nuestra madre no estaba. Guardaste por varios años en tu pecho las lágrimas por la ausencia de ella. Siempre fuiste mi amparo en tiempos tristes y en noches oscuras. Mi héroe que marcó todos mis surcos. Con tu caminar cansado te fuiste a dormir tranquilo, hoy el silencio dice que por mis venas, persiste tu esencia. Gracias padre mío por lo que fuiste, gracias por lo que me diste. Gracias a la vida por bautizarte ¡Papá!
Etelsaga, junio 2008

Mi dulce armonía


(A Martha, mi Ángel)
Prosa Destacada

mes de mayo en la página Letrasyalgomás de Internet.

Se rompió tu fuente amor y del manantial surgió mi vida. Mi mundo se abrió a pesar de tu agonía, para darle vida a mi vida. Quiso tu Dios interior que yo creciera y pudiera conocerte. Conocer tan dulce armonía. Tú sabes que de niña soñaba con tu vejez y yo a tu lado. El día que partiste no supe que sucedía, mi candidez no alcanzaba a imaginar lo que había perdido. El Ángel más grande de mi vida se había ido. Tu sabes que mi vida siguió a jirones pero siempre dentro del castillo de tus enseñanzas, cada cosa que hago, parece que eres tu quien recorre mi camino. Mi alma, cuerpo y mente contigo han estado a pesar de la lejanía. Siempre vuelvo a ti mis ojos y me duermo en tu mirada.
Tengo la certeza que tu presencia ha estado en mis días de sequía, como también he presentido el amor que aún me prodigas. Se que me has protegido siempre, madre mía. He sentido tu presencia y en muchos momentos, has desatado los nudos que se entrelazan en mi alma.
Se que hoy las lágrimas tiñen mi pluma y no puedo evitar que estas letras estén llenas de melancolía. Pero es más fuerte el amor que la melancolía. Quisiera a veces soñar que soy bailarina y que tú bajas a bailar conmigo, que me abrazas y me sostienes en tu regazo como cuando era niña, pero si te viera, mi fortaleza desaparecería, sería igual que aquella noche en ese dulce sueño cuando irrumpí a llorar al verte, volverás a decirme: “Se fuerte hija mía”.
Etelsaga, mayo 10 de 2008

lunes, 1 de diciembre de 2008

Así…

Despacio llegan a nosotros, sin ni siquiera a veces imaginarlo. Poco a poco nos invade el milagro del amor. No hay preámbulos, ni argumentos. Tejemos historias con momentos esplendorosos. Fugaces eclipses y rosales llenos de espinas. Nos pinchamos y derramamos sangre.
Unos nacen y mueren rápido como cristales de moléculas irregulares… otros en cambio,
cruzan esquinas y mueren casi juntos siguiendo eternidades.
Amores que atraviesan nuestras almas y el cielo se torna más brillante. Nuestras almas sutiles mariposas vuelan de jardín en jardín.
Y somos distintos: cantamos, reímos y la locura nos invade, nuestras manos acarician, y las pupilas refulgen.
Sí, el amor nos cambia, somos sueños y volamos al cielo.
Nos cambia y bajamos al infierno.
No somos términos medios en el amor.
Somos todo.
Abril, 2008

LA ESPERANZA

Mis ojos no te buscan ni te miro de frente. A través del cristal de la ventana, traslado mi esencia hasta un lugar ignoto, el aire me arropa cuidadosamente mientras un suspiro te evoca.
¿Dónde estás y por qué eres tan efímera? Es mi centro el que me lleva a pensar que las posibilidades existen, esas que ahora no palpo con mis manos, solo mis sentidos las acarician.
Como quisiera ver que vienes a lo lejos, con pasos seguros y que no te enredas en ningún jardín florido; te lo imploro: ¡ven! Llega hasta mí por un camino ancho, limpia de mis ojos el llanto y cumple mis sueños que están perdidos.
Marzo 2008