lunes, 22 de diciembre de 2008

Escena de tango


(En honor a un pasaje de mi memoria que no conozco)
Prosa Destacada en la página Letrasyalgomás, mes de noviembre 2008

Sonoras notas de un violín abren la puerta de mi memoria surgiendo el milagro de los recuerdos. Una escena en un salón de baile mientras el humo de un cigarrillo y el tintinear de unas copas, me llevan a navegar en las profundidades desconocidas de partituras no vividas. No se cómo se imprimió esta escena en mi alma.
Dónde violín, ¿he vivido esos momentos? Solo un silencio penetrante me rodea.
El arco musical mueve mis recuerdos y cada nota despierta mi alma de colibrí sentimental. Noche de luna carmesí recorriendo mi piel mientras las ilusiones de tiempos pasados me envuelven de nuevo. Son las notas de un tango que reaviva las llamas de los fuegos que se encendieron una vez.
Empieza la escena de tango con una melodía de fondo (Por una cabeza). Las manos se unen y se inicia la danza de un cuerpo abandonado en el otro, cuerpo a cuerpo con el alma en medio, sintiendo el latir de dos corazones y los pies deslizándose en compases perfectos y llenos de emoción. Un giro, otro giro, mientras una falda se abre en señal de ofrecimiento y las medias de nailon negro muestra su vena central. Un paso, dos, tres y cuatro… fuegos inquietos acompañados de una copa que se alza para emborrachar mi razón y hundir en el olvido besos y flores de un día. Nostalgias de tiempos idos deslizan gotas traslúcidas sobre mi cara; mis sienes añoran los regresos siempre esperados. Besos entregados convertidos en castigos. Ojos perversos que ya no volverán más. Mi alma se sacude y estruja las huellas de amores perdidos en los crepúsculos infernales. Entre caminatas y pausas el suelo se brinda a mis pies y surge el balanceo; sumadas cabriolas en las cuales mi vida danzó. Las cadentes notas piden a un cuerpo envolverme entre sus brazos mientras sus manos las espero quietas en mi espalda para entregar mis ansias de amor.
Y regresa el milagro de las partituras no vividas y de un cuerpo que no me dice quien es. Nuevamente el silencio. Borracheras de amor mientras a media luz se esparcen los recuerdos de los besos y en abrazos fundidos los dos a través de velos inexistentes. Ya no estás aquí. Ya no puedo caminar viejos caminos que el tiempo borró y que solo mis sienes plateadas quedan a la vera de ellos. Noches de violín que me recuerdan que todavía llegas a mi y que en lo ignoto nos fundiremos en ese abrazo de tango eterno… solo ahí entonces sabré quien eres!
Etelsaga, septiembre, 2008

1 comentario:

Ethel Saavedra Garcia dijo...

Ethel, me llevó mi tiempo dar mi comentario a tu texto, que me impactó. Refleja la muy buena condición expositiva que te viene de la narrativa, y hay sensibilidad literaria.
Sin son versos, habría que preguntarle a Walt Whitman, que su inspiración lo llevaba a lo mismo. Yo creo que sí, que son versos y muy bellos. Toda una composición lírica. Toda poesía.
Norberto Federico Fernandez Lauretta